Tras horas de especulación sobre la conexión entre un incidente y otro, el FBI ha descartado en una rueda de prensa que hubiera vínculo entre el atentado terrorista de Nueva Orleans, donde un hombre atropelló a una multitud al volante de una pickup de Ford y mató a 14 personas durante las celebraciones de Año Nuevo en Nueva Orleans, y el estallido de un coche de Tesla a las puertas de un casino de Donald Trump en Las Vegas. También han indicado que el autor del atentado actuó solo.
Las autoridades han explicado que Shamsud-Din Jabbar, el veterano de guerra que sembró el terror en pleno corazón de Nueva Orleans a las 3:15 de la madrugada del 1 de enero, había publicado vídeos en internet proclamando su fidelidad al fundamentalismo islámico y al ISIS, el grupo yihadista. De ahí las sospechas de que hubiera contado con una red de colaboradores para llevar a cabo su plan. Sin embargo, tras cientos de entrevistas y un amplio escrutinio de su actividad en redes sociales, han llegado a la conclusión de que no había contado con ayuda externa.
El subdirector adjunto del FBI, Christopher Raia, señaló que la investigación sigue abierta para entender el "camino hacia la radicalización" de Jabbar. Lo que tienen claro es que fue inspirado al "100% por el ISIS" y que tenía intención de causar el mayor daño posible.
De Jabbar se sabe que nació en Texas, que sirvió ocho años en el ejército de Estados Unidos y que estuvo junto a la tropas estadounidenses en Afganistán. Tenía 42 años, abatido por la policía tras lanzarse contra la multitud en la pickup alquilada. Sus vecinos y conocidos han señalado que no habían detectado nada que pudiera anticipar semejante comportamiento violento, aunque el marido de su ex mujer explicó que tras convertirse al islam Jabbar había empezado a actuar de forma errática.
También tuvo problemas para adaptarse a la vida civil tras su desempeño como militar. Pasó por un divorcio y últimamente le habían impedido que pasara tiempo con las dos hijas que compartía con Dwayne Marsh, de 15 y 20 años. Su hermano pequeño, Abdur Labbar, de 24 años, dijo desde Beaumont, Texas, su localidad natal, que ambos fueron educados bajo la fe cristiana pero que Shamsud-Bin se había convertido al islam hacía tiempo. "Hasta donde yo sé, fue musulmán durante la mayor parte de su vida", dijo en una entrevista con The New York Times. "Lo que hizo no representa al islam. Se trata más bien de algún tipo de radicalización, no de religión".
Jabbar alquiló la Lightning F-150, la pickup eléctrica de Ford, y recorrió los 555 kilómetros que separan Houston de Nueva Orleans la noche del 31 de diciembre. El vehículo lo alquiló a través de la aplicación Turo, de momento uno de los pocos vínculos que se han establecido entre la explosión en Las Vegas y el ataque de Nueva Orleans. El incidente de Nevada se produjo a las 8:40 de la mañana frente al Trump Las Vegas, un casino cuya propiedad comparten al 50% el presidente electo con el magnate Phil Ruffin. Un Cybertruck de Tesla estalló, causando la muerte de su conductor, un militar en activo cuyo nombre no ha sido identificado, e hiriendo a siete personas. "En este momento, no hay un vínculo definitivo entre el ataque aquí en Nueva Orleans y el de Las Vegas", ratificó Raia.
La conmoción por lo sucedido en Nueva Orleans no ha impedido que las celebraciones por el partido de fútbol americano que tenían previsto disputar Georgia y Notre Dame siga adelante, incluso después de haber sido pospuesto tras el atentado. Tanto el gobernador de Louisiana, Jeff Landry, como la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, hicieron énfasis en la capacidad de la ciudad para organizar esa clase de eventos.
"Hoy vamos a celebrar el Sugar Bowl", dijo Landry en referencia al tradicional encuentro de fútbol americano universitario. "Vamos a disfrutarlo. Vamos a tener en cuenta a quienes han perdido a sus seres queridos y vamos a dedicarnos a los asuntos de esta ciudad y de este gran país".
De lo que no quiso hablar directamente fue de los bolardos que debieron haber protegido a los transeúntes en el French Quarter, el punto turístico por antonomasia en Nueva Orleans donde se produjo el ataque. Dijo que habían reforzado la zona y destinado "recursos adicionales", pero no hizo mención a los bolardos. A ese respecto se sabe que habían sido retirados para ser reparados como parte de los preparativos para el Super Bowl, la final del fútbol americano que se celebrará en el Caesars SuperDome de Nueva Orleans el próximo 9 de febrero.